Efecto Masivo. Cualquier parecido con la realidad puede no ser coincidencia

Como diría un famoso músico. Imagina, imagina que un día en tu trabajo haces una labor rutinaria, algo que no se sale de lo que se podría esperar de un puesto y ambiente laboral. Imagina que esa tarea usual se complica de manera exponencial, estas enfrente de algo que sale del estándar esperado. Tal vez te hayan preparado para enfrentar lo inesperado; pero nunca creíste experimentar eso. Ahora tienes ante tus ojos la guerra.

Ahora imagina que vas a avisar la gran mayoría de la población así como a “gente importante” de lo que viste y lo que sabes. Les cuentas que existe un peligro inminente que, de no atenderse, podría significar el peor error que se cometiera.  Sólo unos cuantos te hacen caso, te ayudan en tu campaña titánica, aunque no puedes evitar que el peligro llegue a las puertas de aquellos que no te creyeron. Aun así, de alguna u otra forma, logras mitigar ese primer embate; desafortunadamente sabes que no será el último y que algo mayor se acerca.

La mayoría de la población y la gente importante toma los hechos como eventos aislados, que no pasa nada, todo ya esta resuelto, no hay que alarmarse por rumores sueltos por “alborotadores”; ellos están muy bien dentro de su Ciudadela.

Sigue imaginando. Ahora te vinculas con organizaciones de dudosa reputación, curiosamente son las únicas que toman el peligro como real; sin embargo, no olvides la falibilidad humana, las pretensiones de tus “aliados” pueden ser contrarias a las tuyas. Debido a eso, unos cuantos de tus compañeros se alejan de ti, te toman por traidor; otros siguen confiando en tus decisiones. Consigues más aliados, que también son vistos por la sociedad como los peores criminales, olvidando al peligro latente.

Guiando a la humanidad al lugar que le corresponde

Tal vez estén adoctrinados. El gran enemigo y su poderosa maquinaria lentamente se hacen del control mental de los seres, estos no se dan cuenta, piensan que sus decisiones son libres; en realidad sólo están haciendo lo que esa fuerza hostil, esos segadores, quieren que hagan. O tal vez sólo sean estúpidos. En cualquier caso tu sigues en tu misión suicida para protegerlos, para que los recolectores no los cosechen, los conviertan en organismos sin voluntad o en “combustible” para segador.

No detengas esa imaginación, continua. Las autoridades te atrapan y te recluyen durante meses por tus “ideas radicales”, hasta que esas ideas se hacen presente con toda su fuerza. En la Ciudadela siguen aislados, no pasa nada, pero en los otros mundos la escalada de violencia segadora comienza a sentirse. ¿Qué haces? Puedes quedarte inmóvil, pasar de largo de este “efecto masivo” y prestarle atención a otros eventos; también podrías resistirte sin usar la violencia (para no jugar en el mismo campo que el enemigo), pero si ahí acaba todo tu plan, nunca convences a los otros del peligro, y piensas que la solución será inmediata, estas condenado a perder miserablemente. Puedes ser más activo, ofrecer una posibilidad ofensiva estratégica, la cual no necesariamente incluya violencia (aunque prepárate para eso, pues los segadores no tienen sentimientos, ni buscan diálogos; estas enfrentando a maquinas que sólo quieren destruir). Reunir todos los componentes para que tu crisol pueda funcionar será muy tardado, incluso tu posible ejercito puede tardar mucho, muchísimo tiempo en estar perfectamente articulado para el embate final; pero es muy posible que, si de verdad tuviste la voluntad de seguir el plan, puedas triunfar, de cierta forma.

Finalmente imagina. Imagina que ese triunfo depende de tres posibilidades, las cuales tampoco pueden satisfacerte del todo, ni resolverán todos los conflictos previos y posteriores al inicio de tu “aventura” y a esta toma de decisión. No alcanzarás la paz perpetua ni el estado de beneficio absoluto, incluso puede que ni siquiera veas en vida las consecuencias de tu elección. ¿Qué decides? Final rojo: acabas con todos los segadores, puede ser la elección correcta, es por lo que has estado luchando; pero ¿La aniquilación de una clase de seres (por muy determinados y odiados que sean) esta justificada? ¿No te convierte también en segador? ¿Cuál es la diferencia? También esta el Final azul: te haces con el control del enemigo, podría ser, re direccionar esa fuerza para algo benéfico y poner algo de orden ¿Estas seguro de que no quedarás abrumado por la cantidad de poder que obtendrás? Aun te queda el Final verde: tratar de sintetizar lo mejor de ambos mundos, el segador y el tuyo; impensable, no se puede, ellos merecen desaparecer, sólo tú y los de tu clase, los que te apoyaron merecen prevalecer, ¿En serio crees que la síntesis podría fallar? ¿Ni siquiera ha pasado por tu mente intentarlo?

En realidad no hay un final “bueno”, todos implican algo, cada opción, cada decisión tomada afectará a algo o alguien y no puedes asegurar que eso no podrá pasar; en algún lugar o momento se sufrirá, no lo puedes evitar. Tu final detonará algo, no sé que es, puede ser orden, puede ser más caos; pensar que el final siempre será utópico es muy ingenuo, tal vez tu decisión no sea la correcta, tal vez si. Sólo recuerda, aquí no podrás empezar de nuevo para cambiar tu elección.

Deja de imaginar, suelta el control y mira por la ventana.

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