El análisis no es darle realidad a la ficción

Uno de los argumentos más frecuentes para descalificar el análisis de las formas culturales contemporáneas (en lo que se refiere a la cultura pop), es que se le está dando un tratamiento de “real” a algo que no lo tiene. Que el que hace un análisis superficial o serio, así como el que sólo disfruta de esos movimientos, es un ser que vive en un mundo fantástico; asumiendo que todo lo que ve y escucha puede llegar a tener una correspondencia en el plano de lo real.

Muy bien, es cierto que personajes estereotipados y clichés como los fanboys, hacen que el argumento tenga alguna validez, pues ellos no hacen más que perpetuar la visión negativa que se tiene de las formas de entretenimiento que engloban dicha cultura. Hombres y mujeres que llevan su afición a niveles insanos, en donde SÍ se espera que en algún momento se tenga un símil del videojuego, comic o película en la realidad. Cosa que pasa con todos aquellos que no sepan controlar sus ideales, sus deseos; desde el fan de los comics que quiere ser Superman y actúa como si la vida se jugara en eso, como el apasionado por los deportes o las telenovelas, que quiere que sus hijos sean los próximos grandes jugadores o desea ser amado por el personaje que interpreta el actor o actriz. No nos hagamos tontos, el querer como real lo ideal se da en cualquier contexto a cualquier edad.

Al hacer un análisis del contenido de una obra de ficción, llámese libro, comic, caricatura, serie, etc. no se le está dando una realidad, al contrario; se le toma como un modelo representativo que puede o no, basarse en modelos de éste plano de la existencia. Recordemos lo que es la mitología: una narración fantástica, pero racional, que trata de explicar la ordenación del mundo, la naturaleza y la sociedad, en base a modelos metafóricos.

Bajo esa perspectiva, y teniendo una gama tan nutrida de nuevos relatos fantásticos, lo que se hace es ver si poseen ese grado metafórico explicativo. Tal vez ya no busquen una forma cosmológica, es decir, la ordenación natural del universo; no obstante, sí existen varias obras que tratan diversas temáticas más centradas en el ser humano y su actuar dentro de la sociedad contemporánea, así como la deconstrucción o construcción de diversas líneas explicativas (no es lo mismo ver la naturaleza humana en un relato de Disney, que en The Walking Dead o Game of Thrones).

De lo que se trata es de buscar un subtexto en todo eso que vemos, leemos o experimentamos, y que a muchos les parece algo sin importancia, sin detenerse a pensar que es de las cosas más utilizadas desde el inicio de la vida consiente del ser humano. Da las respuestas, aunque sean fantásticas, a lo inexplicable e identifican al ser humano como parte de un todo.

Seguimos inmersos en las fuerzas primigenias que Nietzsche describió en El Nacimiento de la Tragedia, en lo apolíneo y lo dionisiaco; eso que enmascara o revelar lo terrible de la realidad bajo formas bellas. ¿Por qué no ver que hay debajo de aquello que opera con esas fuerzas en la actualidad? ¿Dónde está el problema? ¿Por qué todo tiene que ser tan serio? “¿Por qué no se ríen?”

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